El concepto de salud ha cambiado a lo largo del tiempo, modificándose en un intento de acercarse a las transiciones poblacionales. La salud abarca aspectos subjetivos (bienestar físico, mental y social), objetivos (capacidad de funcionamiento) y aspectos sociales (adaptación y trabajo socialmente productivo). Por lo tanto, es esencial ver la salud como un recurso para la vida diaria, no como un objetivo o meta de vida. Si la cuidamos, podemos acentuar los recursos sociales y personales, e incluso las aptitudes físicas.
La Organización Mundial de la Salud define los determinantes sociales de la salud (DSS) como "las circunstancias en que las personas nacen, crecen, trabajan, viven y envejecen, incluido el conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que influyen sobre las condiciones de la vida cotidiana". Esto también haciendo referencia a cuestiones políticas y sistemas económicos, programas de desarrollo, normas y políticas sociales y sistemas políticos. Éstas pueden ser muy diferentes para varios subgrupos de una población y se refleja en los resultados en materia de salud. Es posible que sea inevitable que algunas de estas condiciones sean desiguales e incluso pueden caer en la inequidad, esto es cuando las diferencias son innecesarias y evitables.
Estos factores determinantes de la salud también son los siguientes:
Los relacionados con los estilos de vida.
Los llamados factores ambientales.
Los factores relacionados con los aspectos genéticos y biológicos de la población.
Y por último, los relacionados con la atención sanitaria o sea los relacionados con los servicios de salud que se brindan a las poblaciones.
Es esencial considerar que la salud de la población mejoraría de manera importante si se establecieran estrategias en salud considerando las desigualdades sociales, desde un enfoque multidisciplinario e integral donde se considere lo biológico, social, estilos de vida, ambiente, etc.
Es importante invertir en la promoción de la salud para conseguir resultados positivos. El generar procesos educativos que permitan a las personas conocer, identificar y asumir su papel corresponsable en el cuidado de su propia salud, representan un pilar fundamental para la creación de hábitos saludables. Se obtienen resultados positivos, si los procesos educativos generan corresponsabilidad.
La educación para la salud es una oportunidad para lograr el aprendizaje, mejorar la alfabetización sanitaria de la población, incluida la mejora del conocimiento de la población en relación con la salud y el desarrollo de habilidades personales para el autocuidado de la salud individual y colectiva. Por ende, es esencial poner gran énfasis en la atención primaria (es decir, en la prevención), de no ser así, seguiremos en un ciclo vicioso llevado por malos hábitos, desinformación y falta de responsabilidad.
Referencias:
Aguirre, V. M. (2011, diciembre). Factores determinantes de la salud: Importancia de la prevención. Scielo. http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1728-59172011000400011
Gutiérrez, D. M. L. G. A. (2020, 29 junio). La salud y sus determinantes, promoción de la salud y educación sanitaria. Scielo. https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2529-850X2020000100081
Organización Panamericana de la Salud. (s. f.). Determinantes Sociales de la Salud. https://www.paho.org/es/temas/determinantes-sociales-salud
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